Mutismo selectivo: qué es? y cuándo ocurre?
marzo 15, 2019

Ana tiene 5 años, su familia acaba de mudarse a San José, luego de varios años de vivir en una zona rural. Ahora ella está en kínder y la docente a cargo ha estado observando algunos comportamientos que llaman su atención, por lo que decide citar a la familia de Ana.

En la reunión con la docente describe a la niña como muy tímida, describe que no habla con sus compañeros, ni con las docentes a cargo del grupo, comenta que cuando se le hace una pregunta de manera directa, no contesta y su reacción es bajar la cabeza y poner su cuerpo rígido.

Inclusive cuando los niños están cantando en grupo o se realizan ejercicios donde todos participan, han visto que Ana lo hace, pero con un volumen bajo y si se da cuenta que la miran, se calla inmediatamente. A menudo, ante preguntas contesta si o no con la cabeza y trata de evadir la mirada de los otros, además suele contestar a preguntas señalando con los dedos.

Ante esto la mamá, dice que Ana es conversona en casa, narra lo que ocurre en el kínder, habla de sus maestras, sus compañeros, inclusive a veces canta, pero comenta que lo que la docente describe no es nuevo, ya que antes había ocurrido esto en otros escenarios, especialmente cuando
son nuevos para ella.

La historia anterior, describe el mutismo selectivo. Esta afección ocurre cuando un niño o niña tiene todas las habilidades y competencias tanto a nivel lingüística como comunicativas para la edad, pero deja de hablar súbitamente en el centro educativo o en otros escenarios que le son
poco familiares. Usualmente aparece en niños menores a los 5 años o bien al inicio de la escolarización.

Esta situación no suele parecer de forma espontánea, por el contrario usualmente va a acompañado por situaciones nuevas para el niño. Es por esto que requiere revisión y tratamiento, de lo contrario, puede exponer al niño a situaciones de mucha frustración, sufrimiento personal, como a problemas de adaptación.

Características del mutismo selectivo

El estudio de casos, según la literatura, indica que los niños que presentan mutismo selectivo suelen presentar conductas como:

  •  Historia familiar de mutismo: otros miembros de la familia han experimentado periodos de mutismo en su vida.
  • Ansiedad: patrones de ansiedad, conductas como comerse las uñas, inseguridad, temor.
  • Timidez extrema: evitación a nuevas personas, poca o nula interacción con grupo de amigos u otras personas que no pertenezcan a su ambiente habitual.
  • Dependencia de otras personas: necesidad de estar siempre con otras personas, usualmente con la madre, quienes tratan de solucionar su situación personal.
  • Perfeccionismo: poca tolerancia al fallo, gustan de patrones estrictos.
    Además de las características anteriores, el mutismo selectivo puede aparecer debido a otros factores conocidos como precipitantes tal como en el caso descrito al inicio, el cambio de domicilio y la ansiedad que esto genera.
  • Inclusive, existen sobre atenciones que podría obtener el niño por estas características que podrían generar ganancias en el menor de edad y así reforzar su conducta, esto sin la familia sea consciente al respecto.
  • Analicemos entonces una serie de factores que deben contemplarse en cada caso particular:
  • Vivencia de situaciones estresantes o traumáticas.
  • Apego excesivo a la figura materna.
  • Dificultades para establecer relaciones interpersonales con otros, ya sea dentro del grupo de pares o con personas adultas.
  • Dificultades en la comunicación oral, lingüísticas.
  • Estilo de crianza.
  • Características familiares
  • Esquema de autoridad dentro de la familia
  • Estilo educativo al que se encuentra expuesto.

¿Cómo identificar el mutismo selectivo?
Para poder identificar el mutismo, es importante pasar por diferentes etapas:

1. Detección: definida como aquellas alarmas que como adultos podemos identificar y que de una u otra forma nos señalan que algo está pasando. De referencia podemos tomar las observaciones de otras personas, docentes y observaciones del niño en diferentes contextos.
2. Diagnóstico: este debe realizarlo un profesional en el área correspondiente, utilizando las herramientas de las que disponga y según los criterios del Manual para el diagnóstico de los trastornos mentales DSM.
3. Plan de intervención y apoyo: este definirá tanto a nivel emocional, familiar como educativo, las estrategias a seguir con el estudiante con la finalidad de apoyarle tanto en el ámbito emocional, como académico.

Ya lo sabe, si usted detecta algunas características de este trastorno, no dude en buscar ayuda profesional para que el niño pueda ser diagnosticado y así poder establecer un plan de intervención integral que le permita enfrentar cada una de las situaciones a las que por su condición pueda enfrentar.

Recuerde es nuestra obligación como adultos velar y apoyar a los niños según sus necesidades y brindar espacios para que puedan desempeñarse de la mejor manera.

Alejandra Rojas Alvarado.
Psicóloga Educativa, coach.
Directora One to One
Tel: 88807632

Alejandra Rojas

Psicóloga - Coach parental. Educadora de familias certificada en disciplina positiva