¿Cómo sobrevivir a los berrinches?
abril 24, 2019

Los berrinches son estallidos emocionales que ocurren cuando un niño está tratando de alcanzar u obtener algo y no lo logra.

 

Dra. Krystel Sánchez Alemán

Psicóloga

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Los berrinches pueden llegar a ser cosa de todos los días. Los vemos en los supermercados, centros comerciales, en nuestros sobrinos, estudiantes y nuestros propios hijos.

En la mayoría de los casos, como adultos, no sabemos cómo actuar de forma asertiva ante estos eventos y en algunos casos terminamos sucumbiendo ante la demanda del niño, reforzando así su poder en la relación.

Cabe destacar que esto no nos convierte automáticamente en padres o encargados “alcahuetas” que no ponen límites, esto nos reta a aprender y poner cuidadosa atención a los berrinches de los nuestros, diferenciando así de conductas propias de alguna condición en particular o sencillas respuestas al medio o la situación.

  • Las comunes rabietas o berrinches

Los berrinches son estallidos emocionales que ocurren cuando un niño está tratando de alcanzar u obtener algo y no lo logra. Estos berrinches pueden ocurrir con mayor facilidad o frecuencia en niños con baja tolerancia a la frustración y poco control de impulsos.

Ejemplo: están en el supermercado, el niño quiere que le compren un juguete y sus padres no pueden en ese momento y le indican que no. El niño responde con llanto y rabietas, intentado lograr su objetivo.

  • Las crisis sensoriales

A diferencia de los berrinches “comunes”, las crisis sensoriales tienen que ver con la reacción del niño al sentirse totalmente abrumado. Esto ocurre en algunos niños cuando es demasiada la cantidad de información que deben procesar del medio que les rodea.

Ejemplo: asistir a ver un partido de fútbol a un estadio abarrotado de gente. La cantidad de personas, los sonidos fuertes, las emociones presentes de todos los espectadores, podría causar conductas de llanto fuertes como medio para enfrentar la sensación que le invade.

  • Pérdidas de control emocional en niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA)

Estos eventos son conocidos como crisis, las cuales se dan por una saturación ya sea sensorial o emocional que experimenta cada niño de manera particular, ya que todos son diferentes. Generalmente  estos eventos son de altas intensidades y pueden desencadenar autoagresiones o agresiones a otros, pueden inclusive repetirse a lo largo del día.

Ejemplo: la exposición a sonidos muy altos o chillones.

  • Conductas propias de niños con Trastorno Negativista Desafiante (TND)

Estas conductas se sienten para el adulto como una batalla constante por el poder.

Los  niños con estas características,  se observan continuamente y de forma sostenida en el tiempo con poca o nula capacidad para seguir instrucciones y límites.  se pueden observar en ellos rabietas, gritos y discusiones con cualquier figura de autoridad, sin importar el contexto, además este tipo de conductas denominadas desafiantes, suelen mantenerse por más de seis meses consecutivas y suelen ser reportadas en todos los contextos en los que participan los niños.

Ejemplo: la madre le indica a su hijo que recoja sus juguetes, a lo que responde ¡NO!

Ahora que diferenciamos los tipos de berrinches que nos podemos encontrar, es importante que analicemos a lo interno eso que estamos viviendo para poder brindar el apoyo requerido.

A continuación, te brindaré una serie de recomendaciones básicas y sencillas para que puedas sobrevivir a los berrinches de tus hijos.

  1. Autocontrol: es el primer paso para abordar un berrinche. El niño debe percibir en el adulto tranquilidad y asertividad.

Una respuesta inadecuada de nosotros, puede ocasiones que el berrinche se exacerbe.

  1. Entender antes de corregir: empatía, preguntar qué pasa, cómo se siente, qué ocasionó el berrinche.
  2. Escucha activa: sin interrupciones, tratando de entender lo que sucede.
  3. Validar sentimientos: hacerle ver al niño que está bien sentirse así (enojado, triste, abrumado, frustrado) y emplear frases de validación como: Tenés razón.
  4. Ser firme con el límite, manteniendo una postura amable: el límite y la consecuencia se deben mantener, incluso pasado el berrinche. No obstante, en todo momento debemos mantener un tono conciliador y emplear gestos amables.
  5. Negociar: brindar soluciones y alternativas para que el niño se sienta mejor. Emplear frases como ¿qué te parece si vamos a otro lugar?
  6. Invitar al niño a reflexionar, a razonar: sin importar la edad, hacer preguntas como ¿qué crees que hiciste mal? ¿qué crees que pudiste haber hecho mejor? ¿conseguiste lo que quería con el berrinche?
  7. Retomar lo ocurrido una vez que el niño se calmó: importante que el niño sepa y comprenda cómo se sintió el adulto y se busquen alternativas de respuesta.

Muchas de las sugerencias anteriores te pueden servir, no obstante, en el caso de condiciones particulares como el TND y el TEA, te sugiero lo siguiente:

  1. Fija metas alcanzables y recompensas
  2. Anticipa a los niños para que estén preparados a lo que viene
  3. Emplea reforzamientos positivos de carácter social, destacando lo bueno que hace el niño
  4. Dale opciones cuando sea posible
  5. Trata de mantener una rutina clara
  6. Evitar dar premio material  para detener las crisis.
  7. Busca ayuda de terapeutas especialistas en el tema.
  8. Recuerda que cada niño es diferente, por lo que lo que le sirve a uno no es receta para el otro.
  9. Establece un espacio seguro mental con el niño, para acudir allí en caso de ser necesario.
  10. Busca un espacio como padre- madre para liberar la tensión que este tipo de situaciones genera.

Recuerda que la herramienta más poderosa para abordar situaciones con los niños es el amor y la empatía. Cuando el niño se siente querido y entendido, las situaciones  suelen cambiar para bien.

 

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Alejandra Rojas

Psicóloga - Coach parental. Educadora de familias certificada en disciplina positiva