¿Cómo puedo identificar si mi hijo tiene algún problema de aprendizaje?
febrero 25, 2020

No todos los niños/as aprenden con la misma facilidad, sino que cada uno lleva un ritmo que deberemos respetar sin ejercer presión. Aun así, en algunos casos, el retraso en el aprendizaje se debe a algún tipo de barrera o trastorno que es necesario brindar herramientas a nivel integral y adaptar los procesos de enseñanza para un exitoso rendimiento académico.

Desde el principio de la etapa de aprendizaje, los padres de familia y docentes a cargo, deben de estar atentos a posibles indicios que delaten que el estudiante pueda tener algún tipo de barrera con el aprendizaje.

Esto puede ser más visible en procesos concretos como en asimilación de conceptos, procesamiento visual, auditivo o sensorial, atención concentración, motricidad, memoria de ejecución, entre otras áreas importantes durante el desarrollo del aprendizaje.

Otro factor muy importante es la genética. Las dificultades de aprendizaje son hereditarias, esto es fundamental, poder reconocerse y evaluarse como padres de familia cuales actitudes están presentes dentro del aprendizaje que sean posibles que estén presentes en los hijos/as.

Por otro lado, cabe destacar que el centro educativo no es el único lugar en que los estudiantes deben aprender y formarse.

Además de la tarea del docente dentro del centro educativo, también se debe de instruir al niño en el hogar y, cuando se dan problemas de aprendizaje, se debe de recurrir a profesionales externos quienes son los encargados de evaluar, diagnosticar y potenciar las áreas con oportunidad de mejora.

Estos profesionales pueden ser en el área de psiquiatría, psicología, neurología, psicopedagogía, terapia de lenguaje, terapia ocupacional, nutrición, entre otros dependiendo del área que se desea evaluar.

Síntomas

Estos son algunos síntomas a los cuales se les debe prestar atención dentro del proceso de aprendizaje según la edad:

Niños de entre 2 y 4 años

Algunas señales tempranas de un problema del aprendizaje pueden ser.

  • Hiperactividad: no pueden mantenerse en su asiento.
  • Impulsividad: no espera su turno.
  • Dificultades de atención: No miran cuando se les habla, no atienden a las instrucciones, se distraen con facilidad, abandonan rápidamente las tareas sin terminarlas.
  • Dificultades para comprender lo que se les dice, cambian de tema o interrumpen constantemente.
  • Dificultad para expresar lo que quieren decir.
  • Problemas para aprender conceptos nuevos como formas, números, animales, entre otros.
  • Problemas de conducta, como molestar a sus iguales, y conductas llamativas como gritar, llorar o romper objetos.
  • Dificultades sociales, son menos autónomos, necesitan la presencia del adulto y suelen preferir jugar con niños más pequeños.
  • En el desarrollo motor, falta de coordinación en general, van rígidos al andar, se tropiezan fácilmente, dificultades además para acciones como colorear, recortar o pegar.

Niños de entre 5 y 6 años

Inicio del proceso de lecto-escritura y cálculo.

  • Presencia de errores en la lectura y escritura confundiendo letras, cambiándolas de posición por letras similares.
  • Les resulta difícil aprender cálculos sencillos por no ordenar correctamente las secuencias de números y a la vez problemas para aprender secuencias temporales.
  • Dificultades para recordar la información aprendida, problemas de atención, motivación y conducta.

Aprendes mejor por medio del movimiento y de la experiencia con el aprendizaje.

Niños de 7 años en adelante

En este momento, si el niño/a no ha aprendido bien a leer y escribir, se deben de incrementar las observaciones y alarmas.

  • Lectura ineficiente: confunde letras, cambia palabras, lee despacio con ritmo entrecortado y errores.
  • Dificultades en la expresión escrita a la hora de hacer redacciones y comprender un texto para responder a preguntas relacionadas.
  • Además no comprende los enunciados de matemáticas, por lo que no puede realizar el ejercicio correctamente ni acabarlo.
  • Por último, pero no menos importante, destacar la presencia de factores emocionales como ansiedad, bloqueos, rechazo escolar o baja autoestima.

Adultos jóvenes (secundaria)

Normalmente en esta edad, estas dificultades ya deben estar detectadas y trabajadas.

  • Continúan los errores de lectura, escritura o cálculo.
  • Baja capacidad para prepararse para los exámenes y organización de tareas, planificación en general.
  • Bajo rendimiento académico.
  • Siguen apareciendo factores emocionales como ansiedad.

Como padres de familia, apoye a su hijo/a y ayúdelo/a a que su experiencia de aprendizaje sea positiva. Fomenta el interés y la curiosidad por aprender, no se concentre en sus debilidades, potencie sus habilidades alimentando su autoestima y seguridad en sí mismo/a.

Le invitamos a conocer nuestros servicios y como en conjunto podemos fortalecer estas habilidades para un desarrollo pleno.

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Melyssa Segura

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