El mundo al alcance de un juguete. La importancia del juego en el desarrollo integral del niño

En este texto compartiré con vos un poco acerca del juego. De esa famosa palabra y conocida acción de la que tanto se habla; pero poco se conoce en el mundo adulto.

El juego como tal es una actividad que se realiza generalmente para la diversión o entretenimiento de una persona y con el cual se ejercitan o refuerzan múltiples capacidades y destrezas que pueden ir desde lo físico, hasta lo cognitivo.

Es una actividad tan plástica, que nos permite a los adultos poder involucrarnos en el juego con los niños de manera más sencilla, sin tanto esfuerzo y para todos los gustos.

Podemos encontrar dentro del juego una gama amplia de posibilidades, desde los juegos físicos, de mesa, en equipo, individuales, manuales, que promuevan la imaginación e incluso localizadas en diferentes partes de la casa, según la facilidad que tengamos.

Todo esto te lo cuento para finalmente abordar el tema principal que nos tiene acá y es el desarrollo integral del niño a través del juego o de un juguete.

El juego es un elemento básico y constituyente en la vida de un niño, no sólo para su diversión, sino para su desarrollo.

Y te estarás preguntando, ¿de qué manera aporta el juego? Acá te voy a mencionar algunos de sus beneficios.

    • Instruye de forma activa, concreta y en muchos casos tangible acerca de los límites y reglas
    • Permite el desarrollo de competencias sociales tales como: trabajo en equipo, empatía, escucha activa y cooperación
    • Se fortalecer habilidades blandas como la tolerancia a la frustración, aprender a perder, esfuerzo, solución de problemas y perseverancia
    • El cerebro se encuentra en constante estimulación y se refuerzan aspectos como la memoria, flexibilidad de pensamiento, agilidad y velocidad en el pensamiento
    • Se aprender y se descubren nuevos líderes
  • Físicamente los chicos se mantienen activos, evitando el sedentarismo y dificultades físicas
    • El juego sirve como un espacio seguro para la expresión de emociones y sentimientos
    • Se fortalece la creatividad e imaginación
    • En el caso de los niños pequeños, el juego les ayuda en el proceso de consciencia sobre su propio cuerpo y los límites intangibles que hay entre él y los demás
    • A nivel sensorial favorece en cuanto a texturas, colores, sonidos, piezas de distintos, tamaños, entre otros
  • En el ámbito educativo el juego también puede ser nuestro aliado, enseñando a través de actividades lúdicas.

Ahora que conocemos los beneficios principales del juego, es importante también conocer de qué manera podemos implementar estas actividades en casa, tomando en consideración que todos los miembros de la familia contamos con agendas llenas.

Mi sugerencia para vos es establecer un día para juegos que no tengan nada que ver con pantallas o electrónicos, este día puede ser nombrado por la familia de forma creativa, por ejemplo: “miércoles de tardes locas” y se puede planificar semanalmente para determinar qué tipo de juegos realizar.

No es necesario que se destinen grandes cantidades de tiempo, siempre y cuando sea de calidad y 100% dedicado a tus hijos.

Entonces, ¿qué cosas podemos jugar?

    • Utiliza pinturas, pinceles, pinturas de dedo, lápices de color, rollos grandes de papel, tierra, arroz, lentejas, plastilina, arcilla o masa
    • Planifica actividades de juegos tradicionales como “la anda”, escondido, ronda, cromos, bolinchas, saltar la cuerda o “1, 2, 3 quesito stop”
  • Los juegos de mesa no pueden faltar y algunos podrían ser: UNO, Jenga, Clue, Pictionary, dominó y conecta 4.

Como te comentaba al inicio, no se trata únicamente de ofrecerles a tus hijos la posibilidad de jugar, sino también involucrarte vos como papá y como mamá.

El que los padres se involucren en estos espacios es esencial y aporta en los chicos de la siguiente manera:

    • El niño se siente comprendido y acompañado
    • La sensación de confianza, pertenencia y lealtad se incrementa en él
    • Crecen niños más seguros de sí mismos
    • Las relaciones se fortalecen previo a la adolescencia
    • Se pueden prevenir e identificar conductas de riesgo
  • Se disfruta en familia la etapa de la niñez, sacando provecho a estos maravillosos años.

¡Te invito a que seas parte de este proceso de aprendizaje lúdico, así comprenderás que el mundo está al alcance de un juguete!

Dra. Krystel Sánchez Alemán

Psicóloga

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Servicios Relacionados:

Miedos y temores en niños, Padres primerizos

Terapia del Lenguaje: Cuándo acudir al servicio.

El lenguaje es el sistema a través del cual comunicamos ideas, sentimientos y pensamientos. Este, no solo incluye el habla, si no que abarca la escritura u otros signos convencionales, que pueden incluir desde señas, gestos, hasta algún otro medio que pueda ser adaptado con el fin de comunicar.

El lenguaje, por lo tanto, es de vital importancia en cualquier etapa de la vida, fundamental en la infancia, teniendo en cuenta que un correcto desarrollo del lenguaje implica en el niño o niña, confianza, seguridad, alta autoestima, bienestar y autonomía. Un adecuado desarrollo del niño creará una base adecuada para conocimientos posteriores.

Siendo el desarrollo en general de carácter tan variado, según sea la personalidad, contexto del niño o bien, características fisiológicas, puede suceder que los encargados no tengan claridad cuando o sí es necesario considerar un profesional en el área. Sin embargo, podemos basarnos en algunos aspectos para identificar si es conveniente consultar con el Terapeuta del Lenguaje. Entre ellos podemos observar si:

    • Es difícil para personas ajenas, o bien que no conviven diariamente con el niño, comprender lo que el niño intenta comunicar.
    • El niño demuestra vocabulario, pronunciación o estructura de la oración con características de niños de menor edad.
    • El niño mantiene un habla más infantilizada que lo esperado para su edad.
    • El niño tiene dificultad frecuentemente con el flujo del habla, repite palabras, silabas o se bloquea al intentar comunicarse.
    • El niño tiene dificultades con el tono de voz, el volumen y la calidad.
    • El niño demuestra dificultad para entender el lenguaje.
    • El niño tiene dificultad para utilizar el lenguaje de modos socialmente apropiados.
  • El niño demuestra dificultad en la lectura o/y escritura.

En el momento que detectamos que el desarrollo del lenguaje no está siendo el esperado, es importante acudir al Terapeuta del lenguaje, que se encargue de evaluar los aspectos del lenguaje y proporcione una estrategia para que el niño o la niña logre desarrollar las habilidades básicas para la utilización de un lenguaje que le favorezca y con el cual se sienta a gusto.

Al trabajar el lenguaje en cuanto se identifique una alteración, se evitan situaciones que podrían afectar el desarrollo sano y adecuado del niño, como lo son el bullying, las limitaciones en la socialización con sus pares o bien posibles futuras dificultades en proceso de lectura y escritura.

Tema por Licda. Karla Quesada Martínez.

Terapeuta del Lenguaje, habla y voz.

Mutismo selectivo: qué es? y cuándo ocurre?

Ana tiene 5 años, su familia acaba de mudarse a San José, luego de varios años de vivir en una zona rural. Ahora ella está en kínder y la docente a cargo ha estado observando algunos comportamientos que llaman su atención, por lo que decide citar a la familia de Ana.

En la reunión con la docente describe a la niña como muy tímida, describe que no habla con sus compañeros, ni con las docentes a cargo del grupo, comenta que cuando se le hace una pregunta de manera directa, no contesta y su reacción es bajar la cabeza y poner su cuerpo rígido.

Inclusive cuando los niños están cantando en grupo o se realizan ejercicios donde todos participan, han visto que Ana lo hace, pero con un volumen bajo y si se da cuenta que la miran, se calla inmediatamente. A menudo, ante preguntas contesta si o no con la cabeza y trata de evadir la mirada de los otros, además suele contestar a preguntas señalando con los dedos.

Ante esto la mamá, dice que Ana es conversona en casa, narra lo que ocurre en el kínder, habla de sus maestras, sus compañeros, inclusive a veces canta, pero comenta que lo que la docente describe no es nuevo, ya que antes había ocurrido esto en otros escenarios, especialmente cuando
son nuevos para ella.

La historia anterior, describe el mutismo selectivo. Esta afección ocurre cuando un niño o niña tiene todas las habilidades y competencias tanto a nivel lingüística como comunicativas para la edad, pero deja de hablar súbitamente en el centro educativo o en otros escenarios que le son
poco familiares. Usualmente aparece en niños menores a los 5 años o bien al inicio de la escolarización.

Esta situación no suele parecer de forma espontánea, por el contrario usualmente va a acompañado por situaciones nuevas para el niño. Es por esto que requiere revisión y tratamiento, de lo contrario, puede exponer al niño a situaciones de mucha frustración, sufrimiento personal, como a problemas de adaptación.

Características del mutismo selectivo

El estudio de casos, según la literatura, indica que los niños que presentan mutismo selectivo suelen presentar conductas como:

  •  Historia familiar de mutismo: otros miembros de la familia han experimentado periodos de mutismo en su vida.
  • Ansiedad: patrones de ansiedad, conductas como comerse las uñas, inseguridad, temor.
  • Timidez extrema: evitación a nuevas personas, poca o nula interacción con grupo de amigos u otras personas que no pertenezcan a su ambiente habitual.
  • Dependencia de otras personas: necesidad de estar siempre con otras personas, usualmente con la madre, quienes tratan de solucionar su situación personal.
  • Perfeccionismo: poca tolerancia al fallo, gustan de patrones estrictos.
    Además de las características anteriores, el mutismo selectivo puede aparecer debido a otros factores conocidos como precipitantes tal como en el caso descrito al inicio, el cambio de domicilio y la ansiedad que esto genera.
  • Inclusive, existen sobre atenciones que podría obtener el niño por estas características que podrían generar ganancias en el menor de edad y así reforzar su conducta, esto sin la familia sea consciente al respecto.
  • Analicemos entonces una serie de factores que deben contemplarse en cada caso particular:
  • Vivencia de situaciones estresantes o traumáticas.
  • Apego excesivo a la figura materna.
  • Dificultades para establecer relaciones interpersonales con otros, ya sea dentro del grupo de pares o con personas adultas.
  • Dificultades en la comunicación oral, lingüísticas.
  • Estilo de crianza.
  • Características familiares
  • Esquema de autoridad dentro de la familia
  • Estilo educativo al que se encuentra expuesto.

¿Cómo identificar el mutismo selectivo?
Para poder identificar el mutismo, es importante pasar por diferentes etapas:

1. Detección: definida como aquellas alarmas que como adultos podemos identificar y que de una u otra forma nos señalan que algo está pasando. De referencia podemos tomar las observaciones de otras personas, docentes y observaciones del niño en diferentes contextos.
2. Diagnóstico: este debe realizarlo un profesional en el área correspondiente, utilizando las herramientas de las que disponga y según los criterios del Manual para el diagnóstico de los trastornos mentales DSM.
3. Plan de intervención y apoyo: este definirá tanto a nivel emocional, familiar como educativo, las estrategias a seguir con el estudiante con la finalidad de apoyarle tanto en el ámbito emocional, como académico.

Ya lo sabe, si usted detecta algunas características de este trastorno, no dude en buscar ayuda profesional para que el niño pueda ser diagnosticado y así poder establecer un plan de intervención integral que le permita enfrentar cada una de las situaciones a las que por su condición pueda enfrentar.

Recuerde es nuestra obligación como adultos velar y apoyar a los niños según sus necesidades y brindar espacios para que puedan desempeñarse de la mejor manera.

Alejandra Rojas Alvarado.
Psicóloga Educativa, coach.
Directora One to One
Tel: 88807632

¿Hasta que la muerte los separe? El divorcio es de los padres y no de los hijos

Dra. Krystel Sánchez Alemán

Psicóloga One to One

coach@onetoone.cr

6095-3700

 

En nuestra sociedad actual es cada vez más frecuente observar cómo parejas toman la decisión de divorciarse. Tomar en consideración este aspecto nos acerca y reta a nuestra realidad como adultos y como padres responsables de nuestros hijos.

Según datos publicados por el periódico La Nación, el 25 de febrero de 2017, de cien bodas (civiles y por el rito católico) cuarenta y cinco terminan en divorcio antes de los 10 años de casados y en muchos de los casos ya para este momento estas parejas han procreado hijos.

Esta cifra además de ser alarmante,  permite hacer una reflexión ante el tema del papel de los hijos en el proceso de divorcio, sus efectos y nuestra responsabilidad como padres. Dentro de nuestro rol como padres, estamos en la obligación  de asumir las responsabilidades de nuestros actos y velar porque este proceso de separación de la pareja se lleve de la mejor manera,  afectando lo menos posible  la calidad de vida de los hijos fruto del matrimonio.

Cabe destacar que quienes toman la decisión de “separación” son los adultos, dentro de su relación de pareja. Por ende, la relación y el rol de “madre y padre” de cada miembro de la pareja prevalecerán a través de la vida, comprendiendo así que quienes se divorcian son los adultos entre ellos y no  existe divorcio con los hijos.

Mucho se habla y especula sobre aquellos efectos negativos que puede traer consigo la separación o divorcio de los padres, y es que en múltiples ocasiones es en esto en lo que los adultos nos enfocamos, y no en lo verdaderamente importante, que es la prevención de los efectos de la separación y la creación de un ambiente armonioso que permita que los hijos entiendan la situación de separación  y se adapten al cambio de escenario.

Esto sin importar la etapa de vida en que se encuentre el menor de edad, indiscriminadamente si  son bebés o  adolescentes.

Por supuesto que no es sencillo adaptarse a un cambio de estructura familiar tan grande como es el divorcio, sin embargo, somos los adultos quienes tenemos la facultad de facilitar o empeorar el proceso una vez que la decisión está tomada.

Por esta razón, quisiera compartir las siguientes recomendaciones, que han sido probadas por nuestros clientes como padres:

  1. Usemos el mismo discurso

Esto aplica para todos los miembros de la familia, lo que conlleva tomar el tiempo y espacio para comunicar a cada miembro  aquello que queremos que los hijos sepan acerca de lo ocurrido y la decisión tomada.

Tener una idea clara de lo que sucedió con sus padres, así como una misma versión de toda la familia, es esencial para que el chico o la chica no se sientan culpables y así, aspectos como la ansiedad y el temor al porvenir se reduzcan.

  1. Evitemos establecer bandos

Es importante siempre recordar que la relación que llegó a su fin es la de los adultos en su rol de pareja, por lo que se debe establecer como objetivo en común prioritario el beneficio integral de los hijos, quienes al fin al cabo son factores en común.

Por esta razón, se debe evitar hablar mal del otro progenitor en frente al menor, utilizar al hijo como fuente de información de la vida personal del otro así como  poner a los hijos en contra de su padre o madre.

En este apartado también sugerimos  evitar  hablar mal con los docentes a cargo de sus hijos sobre el papá o mamá que está fuera de casa.

Cabe resaltar que ninguna razón por la cual la relación haya terminado elimina  la importancia de mantenerse objetivo, y demostrar inteligencia emocional ante los hijos.

  1. La descalificación de las reglas y límites no es una opción

Este aspecto es esencial dentro de cualquier familia y mucho más cuando se está dentro de un proceso de divorcio.

Los padres toman a diario decisiones que consideran son las mejores para sus hijos. Y en el caso de divorcio, se desconoce a ciencia cierta lo que ocurre y cómo ocurren ciertas situaciones cuando el menor se encuentra disfrutando del tiempo con cada progenitor por separado.

Por esta razón, se debe respetar los límites, reglas y consecuencias establecidas por el otro durante su tiempo de convivencia, evitando que el niño o adolescente sean testigos de descalificaciones de autoridad por alguna de las partes.

En este tipo de situaciones, ambas partes deberían tener voz y voto en la crianza de los hijos, lo que nos lleva al cuarto punto.

  1. ¡A tomar decisiones en conjunto!

En el rol de padre-madre los ex cónyuges deben para establecer rutinas, hábitos, reglas, límites y consecuencias de manera conjunta. De esta manera, otorgamos al menor una sensación de contención, seguridad, organización y estructura que es esencial para el desarrollo socioafectivo y de habilidades blandas para la vida.

Además, modelamos patrones maduros de comportamiento. Ponernos de acuerdo será un factor que los hijos siempre agradecerán y nos evitarán disgustos a futuro.

  1. Determinen horarios y días

Todos los seres humanos requerimos de estructura para funcionar de forma equilibrada, y los chicos no son la excepción.

Por esta razón, debemos determinar los días y horas de visita del progenitor que abandona la casa, por lo que se recomienda buscar aquellos días y espacios en los cuales se tenga la seguridad de que se podrá dedicar el tiempo de calidad que su hijo merece.

Cada situación en particular establecerá si esto se hará entre semana, fines de semana o si el chico se quedará a dormir o no. Lo verdaderamente importante es acordarlo, adquirir el compromiso como adulto y cumplir con ello.

Recordemos que el fallo a esto, así como a  cualquier otra determinación acordada, no afecta al otro adulto presente en la ecuación, si no a los hijos en común.

Esté presente en la vida de sus hijos. Es habitual ver que muchas veces los padres se pierden de las actividades de sus hijos, por eso apersónese al centro educativo, comente su interés por conocer la dinámica de sus hijos y que lo vinculen en el proceso. No sólo el padre/madre donde vive el niño o adolescente debe estar al tanto del desempeño académico.

Todas estas recomendaciones tienen como finalidad que sus hijos lleven el proceso de divorcio de la mejor manera, sin restarle valor a todas las emociones negativas que pueden surgir en el trayecto. Pero brindándoles las herramientas para vivirlo de una forma natural.

Estoy convencida que lo harás bien, si tan solo haces consciencia de tus oportunidades de mejora como ser humano y decides hacer mejoras en algunos aspectos que pueden estar perjudicando a tus hijos durante esta situación de acople.

Todos aprendemos en el andar y nuestros  hijos serán los beneficiados ahora y para el futuro.

 

Videos juegos y pantallas ¿Buenos o malos?

Dra. Alejandra Rojas
Psicóloga- Coach
One to one
8880-7632
ale@onetoone.cr

 

Una de las preguntas que más frecuentemente recibo de parte de los papás se refiere a la conveniencia o no del uso de videos juegos y pantallas en sus hijos. Y lo que puedo opinar al respecto es que no hay una respuesta concreta, ya que esto dependerá del uso y el objetivo que se persigan en cada caso.

La comodidad que las pantallas han provocado a los padres es interesante de valorar, ya que neguemos o no la situación, las pantallas, los videos y los videojuegos han venido a mantener a los niños y jóvenes entretenidos por períodos prolongados y esto para algunos adultos se vuelve conveniente.

Reflexionemos al respecto:

¿Ha entregado su celular o pantalla a su hijo mientras va en una presa para que la presa se vuelva “más llevadera” ?
¿Alguna vez ha discutido porque en la cena no se conversa porque cada quien está en su pantalla?
¿Ha decomisado los electrónicos de sus hijos, porque no estudian y pasan demasiado tiempo jugando?
Finalmente le pregunto: ¿quien compró la pantalla, la consola o el video juego que usa su hijo?
La responsabilidad es de los adultos, quienes deben conocer y velar por el adecuado uso de estos aparatos en sus hijos.

 

Consideraciones importantes

Antes de facilitar una pantalla, una consola o un video juego a nuestros hijos, es sumamente importante que tengamos claridad sobre las características de cada uno de ellos. Ya que el juego deberá responder a las necesidades particulares, potencializando sus oportunidades de mejora y minimizando sus características particulares.
Por ejemplo, si el niño tiene dificultad para socializar, el tiempo de uso deberá ser más limitado que aquel niño o adolescente que tiene mayor facilidad para esto.
Así también, si el niño o adolescente muestra conductas de tipo agresivas, no será conveniente exponerlo a juegos donde este tipo de comportamiento se promueva.
No olvide ante cualquier cosa, tener presente la personalidad de su hijo, sus características y sus necesidades.

 

Edad

Con respeto a las edades en las que son convenientes los video juegos, los expertos han indicado que niños menores a dos años, no debería estar expuestos al uso de pantallas de ninguna manera, esto debido al periodo de desarrollo susceptible en que se encuentren los bebés en este período y todo lo que deben desarrollar y conocer del ambiente que los rodea.
La propuesta para niños menores de 10 años, se centra en juegos que promuevan la participación grupal. Los juegos de índole deportivo por ejemplo permiten desarrollar el espíritu de trabajo en equipo y la capacidad de formular estrategias.
Para los preadolescentes y adolescentes, se mantiene la recomendación de los juegos deportivos y se suman los juegos que permiten el desarrollo de la velocidad de pensamiento, como por ejemplo de insertar bloques y aquellos conocidos como “simuladores” ya que permiten el desarrollo de la coordinación viso motora, la planificación de estrategias al mismo tiempo que promueve la flexibilidad para la búsqueda de solución de problemas.
En General, para los menores de edad, es recomendable evitar la diversión con juegos que promuevan la violencia, el uso de armas, las peleas y combates ya que estudios han demostrado que este tipo de exposición promueve conductas agresivas y violentas.

 

Limites y juego

Todos los papás y mamás, están llamados a establecer límites claros con respecto al uso de este tipo de entrenamiento.

Entre las principales recomendaciones se pueden citar:

1. El uso de pantallas y consolas no deben interferir en las actividades diarias de los niños y los adolescentes, es decir, no deberían ser parte de los tiempos de comidas, el tiempo en familia, el ejercicio al aire libre así como de los periodos de estudio.
2. El tiempo de uso, en el mejor escenario, debería ser máximo de 2 horas al día, de manera no consecutiva. Los estudios han demostrado que de manera cada vez más frecuente se encuentran lesiones físicas en dedos, manos y muñecas por el uso de este tipo de electrónicos. De igual manera no deberá exceder las 14 horas a la semana. Ni siquiera en tiempo de vacaciones.
3. El número de horas que se invierte en juego con pantallas deberá ser igualada en tiempo por juego libre, o al aire libre.
4. La cantidad de horas de sueño recomendada para cada edad, deberá ser respetada, por lo que no se recomienda eliminar horas de sueño para poder jugar.

APRENDIENDO A DORMIR

Patricia Salazar Villalobos
Lic. En Educación Especial
Especialista en Atención de Niños Con Necesidades Educativas Especiales
One to One.  www.onetoone.cr
tel: 6095-3700 2236-6360

Muchos padres se me acercan para consultarme sobre  la mejor manera en que  puedan ayudar a sus hijos (as) a establecer rutinas de sueño más acordes a sus edades, ya que  reconocen la importancia de establecer una rutina clara. El sueño cumple una función primordial de autoregulación y recuperación para   el organismo de todas las personas.  Con mucha mayor razón nuestros niños deben adquirir el buen hábito de dormir la cantidad de horas necesarias para esta recuperación del ajetreo diario. Este “ buen dormir” es un hábito que requiere de un aprendizaje adecuado y que se va forjando desde los primeros momentos de vida.

Es un proceso fácil ? Yo les diría que no siempre, algunos niños duran más tiempo que otros en adquirir la rutina. Que se necesita por parte de los padres ? Definitivamente amor y firmeza en el justo equilibrio. Así que  empecemos, les compartiré algunas recomendaciones  que he visto funcionar en mis estudiantes y sus familias a través de los años, y que han funcionado tanto en niños con  y sin ninguna discapacidad.

 

¿ Cuántas horas debe dormir un niño?

No todos los niños tienen las mismas necesidades de descanso, ya que esto va a depender de factores como : el carácter, estado de salud, hábitos de la familia y el ambiente que le rodea. Conforme crecen esta cantidad de horas también va variando. En promedio los niños deberían dormir las siguientes horas según esta tabla orientativa :

 

¿Como definir la hora exacta en que debe acostarse el niño ?

 Esto dependerá de la edad del niño y de la dinámica familiar de las noches. Antes de los seis meses es difícil definir una hora exacta porque todavía son variables los horarios de alimentación, pero algunos especialistas indican que las 7:00 p.m. es una buena hora para empezar la rutina de irse a dormir elegida por los padres , por ejemplo : bañarlos, colocar pijama, algún cuento corto, actividades relajantes, etc. Esta hora puede mantenerse  hasta que el niño inicie la etapa escolar entre los 3 y 5 años. A partir de los 5 años esta hora de acostarse puede ir variando , les adjunto una tabla orientativa

 

¿ Qué podemos hacer para evitar problemas a la hora de adquirir el hábito de dormir?

He aquí algunas sugerencias que les pueden ayudar:

  • Tener un ambiente agradable de temperatura y ropa de dormir suave y cómoda
  • Dejar al niño en su cuna o cama cuando muestre signos de cansancio o sueño. Es importante que se acostumbre a acostarse cuando aún está  despierto, sin ayuda de comida o los brazos de los padres
  • Cuando el bebé tiene los períodos de siesta durante el día  lo más importante es que siempre los haga en su propia cuna y ojala en su propio cuarto y no en la cama de los padres por ejemplo;  aunque para la noche la cuna esté dentro del cuarto de los padres. Esto le ayudará a acostumbrarse a su propio espacio personal.
  • Enseñarle a diferenciar el día de la noche, por medio de sonidos ambientales y de la luz. Así poco a poco irá aprendiendo que de noche hay poca actividad, luces y sonidos
  • A partir del tercer o cuarto mes, si las condiciones lo permiten, ya se puede  trasladar al niño a su propia habitación. Si esto no es posible se  debe establecer mediante algún apoyo un espacio propio para el niño dentro del mismo cuarto, por ejemplo : un biombo, una cortina, etc.
  • A los seis meses generalmente aparece “ la angustia de la separación “ y el niño (a) empieza a tener resistencia para quedarse solo en su cuarto. Esta angustia se puede mitigar ofreciéndole su muñeco o juguete para que lo asocie con la acción de dormir y que le proporcione seguridad.
  • Establecer desde pequeños “ la misma rutina” para la hora de acostarse. Ejemplo : baño-cena-cuento, luego cobijarlos, besarlos , decirles buenas noches y salir del cuarto. Esta rutina debe repetirse en la medida de lo posible, siempre a la misma hora
  • Evitar actividades de excesivo juego y movimiento antes de ir a dormir
  • Si manifiesta miedo a la oscuridad, se puede dejar una pequeña luz encendida
  • Si el niño se despierta llorando, se debe acudir a la cuna del niño o al cuarto, acariciarlo, cobijarlo , tranquilizarlo y volver a  dejarlo en su cuna o bien salir del cuarto. Por ningún motivo se debe trasladar al niño al cuarto o cama de los padres. Es imprescindible guardar la calma y  no ceder ante al niño. Además es importante poco a poco disminuir la rapidez con la que se acude a tranquilizar al niño
  • A veces ayuda aplicar técnicas de relajación antes de dormir
  • Algunos expertos también recomiendan que la cena no sea muy fuerte o con alimentos de difícil digestión durante la noche para el niño.
  • Cuando haya una situación especial de salud, entrada a la escuela, etc. es importante ser flexible y tener paciencia, para ajustarse a los nuevos cambios

¿Buscando centro educativo para sus hijos?

Alejandra Rojas Alvarado
Psicóloga – Coach integral
Directora One to One
www.onetoone.cr
tel.2236 6360 – 8880 7632

 

Como  profesional escucho inquietudes de familias todos los días… últimamente  me llama mucho la atención como, más frecuentemente puedo leer en redes sociales y chats consultas de mamás y papás  sobre qué centro educativo es el más recomendable para sus hijos.

En cada consulta es frecuente ver muchísimos comentarios de terceros con “buena voluntad” que sugieren, según sus experiencias,  un listado sin fin de centros educativos, sin siquiera preguntar antes algo que permita brindar una recomendación que responda a la necesidad real de quien consulta.

Cada vez que leo una de las estas publicaciones me pregunto: ¿qué hace a una familia, buscar un  centro educativo para matricular a sus hijos basándose en las opiniones de terceros, y no en las características de sus hijos y de su entorno familiar?

En la búsqueda

Cuando buscamos un centro educativo para nuestros niños y jóvenes, es necesario ver más allá de aspectos curriculares, o posición en el ranking. Es necesario ver más allá de la infraestructura o del renombre con las que muchos se mercadean.

Cuando  las familias están en esta búsqueda, deben considerar que  ese lugar se convierte casi que un segundo hogar para sus hijos, por lo que la escogencia debe hacerse más allá de las opiniones de terceros y  focalizado más la toma de decisión en las necesidades y características individuales del grupo familiar.

Por esta razón me he dado a la tarea de escribir un decálogo para escoger un centro educativo para cada caso.

Pasos para escoger un adecuado centro educativo:

1.      Revise cuál es la escala de valores de su familia y cerciórese de que el centro educativo tenga una escala de valores lo más similar a las suyas: de esta forma ya se evitará discusiones sin sentido con sus hijos, por ejemplo con respecto a las normas disciplinarias internas o lineamientos a seguir, ya que si coinciden en valores será más sencillo comprender el por qué de cada proceder.

2.      Tenga claridad sobre los intereses y habilidades de sus hijos: si su hijo es una persona que disfruta de habilidades intelectuales, artísticas, musicales, deportivas o de idiomas, busque centro educativo que ofrezca oportunidades para que pueda desarrollar sus habilidades, tener claridad en que existen muchos tipos de inteligencia y que cada una de ellas es igual de valiosa, le ahorra frustraciones innecesarias y convertirá el proceso de enseñanza y aprendizaje en una experiencia enriquecedora.

Además, será más fácil para los chicos encajar en el grupo de pares ya que tendrán intereses comunes.

3.      No obvie las necesidades educativas especiales de sus hijos: si su hijo tiene alguna necesidad educativa especial, o tiene un diagnóstico sobre algún trastorno propio de la edad, es fundamental  que el centro educativo cuente con suficiente personal capacitado para brindar apoyo y acompañamiento en el proceso de enseñanza y aprendizaje, recuerde que la buena voluntad no siempre funciona.

4.      Tenga un presupuesto claro y acorde a sus realidades y a las necesidades de sus hijos: muchas veces he escuchado a papás decir: “pago el colegio y además en tutorías pago como otro colegio” esto es cierto, muchas veces las familias no tienen presente que sus hijos requieren de apoyos que el centro educativo no presta y requieren hacer una inversión adicional en clases adicionales, recuerde esto previo a matricular en una institución y no se verá en apuros económicos innecesarios.

5.      El centro educativo tiene que parecerse a cada familia: si usted gusta de participar activamente de las actividades del centro educativo o no, si disfruta de las actividades que el centro educativo propone, si usted tiene tiempo para ser parte o no de la comunidad educativa de su hijo, es un factor que también debe considerar. He escuchado a muchos estudiantes quejarse porque sus papás nunca participan de las actividades tan frecuentemente como los otros papás y esto les causa muchos sentimientos encontrados, que a la larga pueden pasarle la factura.

6.      Tome en cuenta el tiempo que tanto los estudiantes como las familias invierten en desplazamiento al centro educativo: he conocido casos de estudiantes que viven en polos opuestos a donde está ubicado el centro educativo. Recuerde que es ahí donde los niños y jóvenes hacen sus amigos y que si usted se empeña en matricularlos en centros alejados a la casa, van a perder mucho tiempo en desplazamientos, tiempo que podrían invertir en otras actividades. Aunado a esto, mientras más cerca de la casa, se encuentre el centro educativo, más sencillo será para usted conocer a las familias de los amigos de sus hijos, le será más sencillo asistir a reuniones y pertenecer al entorno en que se desenvuelve su hijo.

7.      Recuerde cerciorarse de que el centro educativo tenga los permisos necesarios para brindar los servicios que sugiere y que los docentes cuentan con los atestados necesarios para impartir clases. Es lamentable que existan instituciones donde por ahorrar presupuesto contraten personas sin los atestados correspondientes.

8.      Recuerde que es usted quien busca un centro educativo que cumpla los requisitos según las características de sus hijos y no al revés, si no sería como tratar de meter un cuadrado en una caja redonda.

9.      Participe a sus hijos de la escogencia de centro y educativo, según las realidades de cada uno, una vez que usted como adulto tiene claro los puntos que le toca a usted como adulto ( presupuesto, horarios, necesidades particulares)

10.   Recuerde preguntar sobre la existencia y puesta en marcha de protocolos de seguridad para los  niños y jóvenes, planes de seguridad entre otros.

Considerando estos puntos, lo ideal  es que el primer paso, sea  sentarse en casa y valorar en familia estos y otros factores que pueden intervenir en la toma de decisión final. Le aseguro que esta inversión de tiempo podría causarle más beneficios que dolores de cabeza.

Por esto es sumamente importante que no se deje influenciar por recomendaciones de personas con buenas intenciones, al contrario conozca muy bien lo que la familia requiere y a partir de ahí busque, visite y pregunte con calma sobre el lugar donde su hijo pasará la mayor parte del tiempo y si usted no sabe por dónde empezar, busque ayuda de profesionales imparciales que conozcan sus necesidades familiares, las de sus hijos y sobre el entorno educativo. Juntos busquen las mejores opciones.

Dedique tiempo a esta tarea. Haga de ella una experiencia de crecimiento familiar y enseñe a sus hijos que todo en la vida se prepara y nada se improvisa.

 

Reacción de los padres ante el diagnóstico de discapacidad de un hijo

Ante situaciones inesperadas, todas  las personas pasan por una serie de reacciones emocionales que ya  han sido descritas muchas veces en psicología El nacimiento de un hijo con una condición de  discapacidad también va a generar este cúmulo de reacciones y procesos

Cuando nos referimos al término discapacidad (ya sea física, psíquica o sensorial) debemos tener presente las repercusiones que ésta tendrá para el niño y para su entorno más próximo, en especial para los padres y sus familias , quienes pueden pasar por diferentes reacciones emocionales ante la llegada de un hijo con discapacidad.

Estas reacciones emocionales se pueden manifestar en sentimientos de dolor, duda, culpabilidad, angustia o temor entre otras muchas. Todo esto puede repercutir en un desequilibrio emocional, social y económico que, debido a la falta de orientación y conocimiento sobre el problema, puede derivar en una atención  inadecuada para el hijo.

La duración e intensidad de éstas reacciones también  pueden variar , pueden reemplazarse una a otra, presentarse simultáneamente o, incluso, no presentarse. Lo que si es común a todas es que existen pensamientos directamente  relacionados con la discapacidad del pequeño. Estos pensamientos suelen referirse a creencias sobre la situación de su hijo  y surgen preguntas tales como  “ ¿ por qué a mi?, ¿ lograré ser una buena madre / padre?, ¿como fue que sucedió esto ?, ¿ a dónde tengo que llevarlo? , ¿ logrará ser feliz?,    ¿ como va a aprender? Y muchas otras preguntas más.

No existe una receta mágica para dar una respuesta universal que garantice resultados positivos, porque cada niño es una historia de vida personal de él como individuo, de su familia y del entorno que le rodea. Pero si quisiera compartir con ustedes una serie de consejos que a través de los años he observado que funcionan con los chicos y las familias que he tenido la dicha de trabajar.

 

1-Hay que darse  la oportunidad de sentir las emociones y vivir las etapas

Negación, tristeza, ira, duda, ansiedad, miedo… estos y otros sentimientos son normales y, sobre todo, humanos. Los van a experimentar, pero vívanlos sin sentimientos de culpa hacia si mismos o hacia otros. Todo es parte del proceso y los van a superar .

2- Tiempo para el desahogo

Necesitan desahogarte, hablar de todo lo que están sintiendo y llorar de vez en cuando. Hay que dejar que las  palabras y las  lágrimas liberen esa carga que llevan dentro. Hablen con expertos, con un consejero o con un sacerdote; las palabras de consuelo son un bálsamo para el alma.

3- Actuar cuanto antes

Las terapias  deben empezar desde el inicio ha ser  parte de la vida de  sus  hijos ,  estas terapias ayudan  a superar muchos obstáculos en su desarrollo. Comiencen  cuanto antes con las recomendaciones, terapias y tratamientos que indique el médico, les van a ayudar a tus hijos y a ustedes como papás.

4-Establecer contacto con otras familias

Hablar con otras familias que viven la misma situación ayuda mucho a comprender cómo será ese futuro que les  causa tanta ansiedad. Cuando pueden hacerse  una imagen más clara de la situación, la ansiedad comenzará a desaparecer. ¡No hay nada más desesperante que la incertidumbre! Buscar grupos de apoyo proporciona otras experiencias de vida por quienes ya han pasado por las mismas situaciones

5-Dejarse sorprender y ayudar es una buena idea

El apoyo de la gente  les va a sorprender. Actualmente hay un entendimiento más profundo de las necesidades especiales, y existe una cultura más incluyente y comprensiva. Aunque al principio  puede costar trabajo comunicar la situación especial de tu hijo o hija, una vez que lo hagan se  darán cuenta de cuántos corazones compasivos existen con un gran amor por los niños diferentes. No tienen que ser super mamá o super papá el 100% del tiempo, el resto de la familia, los amigos, las personas cercanas, pueden relevarlos de vez en cuando de sus roles y a la vez disfrutar de la maravillosa experiencia de criarlos juntos.

6-Un día a la vez

Se vive un día a la vez. Piensen de vez en cuando” hoy mis hijos están bien, están contentos, se sienten amados e importantes”. Ellos no saben que son diferentes a otros niños, sólo saben que son muy queridos y eso los hace inmensamente felices y a ustedes  también. Cualquier situación difícil  que enfrenten  , más tarde o más temprano tendrán solución

7-Aceptación, serenidad y alegría sobrenatural

La aceptación y la serenidad llegarán cuando menos lo esperen, así que prepárense  también para experimentar alegrías sobrenaturales. Sus avances personales serán  más emocionantes que ganar una medalla olímpica.

Aunque el momento del diagnóstico es muy duro, tengan  la certeza de que tienen  en sus brazos a alguien que constantemente les hará volver el rostro al cielo y decir “¡Gracias, Dios mío! ¡Gracias por hacerme tan feliz!”.

 

Patricia Salazar Villalobos

Lic. En Educación Especial con énfasis en Discapacidad  Intelectual

One to One. Asesorías y Coaching Educativo

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Teléfonos :  Oficina : 2236 6660