ADICCIÓN A LOS VIDEOJUEGOS
abril 8, 2019

¿Está mi hijo en riesgo?

Licda. Blanca Bolaños, psicóloga.

One to one.

Teléfono: 22366360

 

En la actualidad el uso de los vídeo juegos se ha convertido en una actividad popular para las personas de todas las edades, sin embargo, es menester resaltar que nuestros niños y adolescentes dedican una enorme cantidad de tiempo sumergidos en los diferentes mundos virtuales, llenos de sonido, color, héroes y villanos, obstáculos y premios y lamentablemente, en muchos casos también saturados de violencia y sexo.

Ante este panorama, me pregunto: ¿Es posible hablar de Adicción a los videojuegos? Para responder a esta pregunta considero importante realizar un análisis etimológico de los términos: La palabra juego; encontramos que proviene del latín (iocus) sinónimo de broma. ¿Y que es una broma? Según la Real Academia de la Lengua Española, broma hace referencia a “chanza, burla, diversión, persona, cosa o situación pesada y molesta.

 

Continuando con la palabra juego se describe como la actividad que se realiza generalmente para divertirse o entretenerse y en la que se ejercita alguna capacidad o destreza, actividad recreativa física o mental en la que compiten dos o más personas sometiéndose a reglas PREESTABLECIDAS.

 

El termino adicción, proviene del latín “addictĭo”, es el hábito que domina la voluntad de una persona. Se trata de la dependencia a una sustancia, una actividad o una relación. Si partimos de un análisis semántico de los términos adicción y juego, podemos establecer un criterio de relación literaria que describe acciones, que facultan una destreza física o mental (juego) que se puede establecer como nociva para la persona ya que puede llegar a dominar la voluntad (adicción). El anterior bagaje por la terminología utilizada nos invita a ir más allá, y valorar de acuerdo con su criterio como padre, madre, profesional, miembro de sociedad, la información e involucramiento en los intereses de sus hijos, pareja, familiares, compañeros, etc, que le permitan estar atento para identificar los signos y síntomas específicos que nos hablan de una posible adicción a los videojuegos.

 

ENTRE LOS PRINCIPALES INDICADORES citamos los siguientes:

 

–Superar las 25-30 horas de juego semanal.

–Necesidad irresistible de jugar y/o respuestas emocionales intensas cuando esto no es posible.

–Debilitamiento del rendimiento escolar o laboral por el juego.

–Marcadas expresiones de ansiedad o euforia durante la actividad.

–Empobrecimiento de los vínculos sociales y de los intereses en general fuera del juego.

–Dificultades en el dormir u otros cambios de hábitos significativos.

 

Estos signos y síntomas no deben ser valorados sin tomar en cuenta que, como toda adicción el juego es lo visible de una situación que no se habla, que se maneja interiormente y se reasigna con conductas autolesivas. Las adicciones nos deben llevar a un análisis personal, familiar e institucional, que permitan el apoyo y la participación de todos, en el proceso de mejora integral de la persona.

 

La Dra. Kimberly S. Young (1996) (Universidad de Pittsburgh -Bradford) habla de: “La aparición de un nuevo trastorno mental”. Con este título publica los resultados de un estudio cuya conclusión es la existencia de un trastorno por dependencia de Internet, similar al juego patológico. Considera la existencia de la dependencia al internet y la dependencia a los videojuegos, además de aceptar en un rango de igualdad (con las clásicas) todo tipo de dependencias.

 

La adicción está considerada como una patología según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hay dos aspectos que son importantes en todo tipo de adicción, lo que se conoce como “tolerancia”(el adicto necesita cada vez más tiempo con los videojuegos para experimentar el mismo grado de satisfacción) y el síndrome de abstinencia, que se manifiesta con una pérdida de control que provoca la aparición de “tics”’ motores en los dedos en relación con los movimientos que requiere el manejo de los controles de los videojuegos cuando no se está jugando.

 

La conducta adictiva no se establece de un día para otro, es una secuencia de actos que implica, desde factores de riesgo: como la personalidad, el tiempo que dedica al juego, amistades conectadas con su juego, hasta la recompensa neuroquímica que genera el interiorizarse en el manejo y resolución del juego. Cuando se habla de recompensa podemos referirnos al “circuito (involucra diferentes áreas del cerebro) de recompensa” que se activa y refuerza mediante actividades que nos resultan gratificantes, como la sensación que genera la liberación de dopamina, cada vez que el jugador logra vencer un mundo nuevo, o bien ganarle al más fuerte, o al que todos temen y de esta manera se sobre estimulan esas conexiones neuronales que terminan pidiendo al cerebro repetir esta conducta y motivando a la persona a continuar, y a necesitar en este caso, cada vez más y más tiempo de juego.

 

Una adicción puede comenzar como un juego, un desafío entre amigos. En Costa Rica, la mayoría de jóvenes con adicción a sustancias, iniciaron por experimentación y terminaron con consecuencias negativas tanto para su organismo; principalmente el cerebro, así como en todas las áreas de su vida (emocional, estudio, familia, etc).

 

Considero que efectivamente la adicción a los juegos está presente en un alto porcentaje de nuestros niños, jóvenes e incluso adultos, al igual que sucede con otras adicciones es necesario que se valore el manejo profesional integral de los casos, aunado al compromiso de los padres de familia y de la persona.

 

Es deber de los padres, instituciones educativas y del gobierno en general velar preventivamente en los diferentes y rápidos factores de riesgo que llevan a nuestros hijos a desarrollar una adicción. El minimizar el riesgo en nuestros hogares, trae consecuencias que podríamos lamentar. 

 

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Alejandra Rojas

Psicóloga - Coach parental. Educadora de familias certificada en disciplina positiva