Impacto de la actividad física en el desarrollo del cerebro
octubre 12, 2020

La actividad física no sólo es esencial para un crecimiento y desarrollo saludable, también influye de manera positiva en el aprendizaje, favorece la plasticidad en el cerebro, lo que significa que el cerebro es más receptivo a la influencia del medio ambiente, potencia las funciones ejecutivas como la memoria, la atención, el procesamiento de la información general y las habilidades para resolver problemas.

La actividad física no sólo es esencial para un crecimiento y desarrollo saludable, también influye de manera positiva en el aprendizaje. Favorece la plasticidad en el cerebro, lo que significa que el cerebro es más receptivo a la influencia del medio ambiente, potencia las funciones ejecutivas como la memoria, la atención, el procesamiento de la información general y las habilidades para resolver problemas.

La actividad física también promueve otros aspectos que son importantes en términos de aprendizaje, como el comportamiento en el aula, la concentración en las tareas y la participación en el trabajo en clase, y, posteriormente, el aprendizaje en sí mismo. Los alumnos físicamente activos también tienen objetivos más altos para estudios posteriores después de la escuela integral.

El cuerpo humano está diseñado para estar en movimiento. Así, cuando movemos el cuerpo, se activa también nuestro cerebro, entre más oxigenación haya en nuestro cerebro, mayor efectividad en el aprendizaje. De hecho, el aprendizaje y la memoria fueron evolucionando conforme lo fueron haciendo también las funciones motoras. Debido a la mejora de las funciones cerebrales y las reacciones hormonales que produce, la práctica habitual de actividad física, mejora el estado de alerta, atención y motivación, y todo esto contribuye al desarrollo de los procesos cognitivos en general.

Los procesos relacionados con la memoria y el recuerdo, son complejos. Desde la infancia desarrollamos nuestra memoria, hasta que ésta alcanza su madurez. Concebimos las capacidades relacionadas con la memoria y el aprendizaje, como estables e innatas, pero por supuesto existen determinadas variables que pueden influir sobre ella. Hay formas de mejorar nuestra capacidad de memorización, y no todas ellas tienen que ver con fenómenos psicológicos de forma directa, como es en este caso, la práctica de la actividad física, permite conservar la autonomía y preservar la calidad de vida. mental.

La inteligencia emocional viene a aportar positivamente al desarrollo del aprendizaje. Se conoce como inteligencia emocional a la capacidad de percibir con exactitud, valorar y expresar emociones,  capacidad de encontrar y/o generar sentimientos cuando éstos faciliten el pensamiento, poder comprender y regular las emociones para promover el crecimiento emocional e intelectual

La actividad física mejora el aprendizaje, el estado de ánimo y la atención. Además, disminuye la ansiedad y el estrés. Entre otros beneficios está la llamada neurogénesis (creación de neuronas) y la disminución de la muerte de neuronas (apoptosis). Además, el ejercicio físico favorece la conexión entre las neuronas, lo que hace que sean más fuertes y, a su vez, favorece facultades como el aprendizaje o la memoria.

Se ha comprobado que las personas mayores que practicaron una actividad física de manera regular durante su vida presentan menos pérdida de tejido cerebral que las personas sedentarias. Además, poseen mejores facultades cognitivas.

Constancia

La actividad física regular se considera un factor preventivo de problemas cognitivos. El ejercicio refuerza el área neurovascular y participa en la prevención del envejecimiento fisiológico. La mejora de la oxigenación del cerebro por una práctica regular tiene un efecto en las personas mayores que se puede observar en la capacidad de reacción, la memoria y el razonamiento. Asimismo, confiere una cierta resistencia a la enfermedad de Alzheimer y protege contra las lesiones cerebrales.

Durante y después de hacer ejercicio, el cerebro segrega diferentes hormonas, como la adrenalina, la testosterona, el cortisol y las endorfinas. Estas hormonas generan una sensación de relajación, cuya duración varía según la intensidad de la sesión de actividad física. Estos beneficios aumentan conforme se realice ejercicio de forma regular.

Así como lo leyó, son múltiples los beneficios de practicar actividad física en nuestra vida y principalmente en el desarrollo de nuestro cerebro. Si dentro de su agenda no hay un espacio para practicar actividad física, le animo a sacar por lo menos veinte minutos diarios, ya sea de caminata con la mascota, correr, practicar algún deporte… Ya que aunque sea mínimo el tiempo, conforme avanzan los días se hace un habito y su cuerpo, mente y cerebro se lo agradecerán. Y, si en su agenda ya existe este espacio, ¡felicidades!

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