¿Hasta que la muerte los separe? El divorcio es de los padres y no de los hijos
noviembre 23, 2018

Dra. Krystel Sánchez Alemán

Psicóloga One to One

coach@onetoone.cr

6095-3700

 

En nuestra sociedad actual es cada vez más frecuente observar cómo parejas toman la decisión de divorciarse. Tomar en consideración este aspecto nos acerca y reta a nuestra realidad como adultos y como padres responsables de nuestros hijos.

Según datos publicados por el periódico La Nación, el 25 de febrero de 2017, de cien bodas (civiles y por el rito católico) cuarenta y cinco terminan en divorcio antes de los 10 años de casados y en muchos de los casos ya para este momento estas parejas han procreado hijos.

Esta cifra además de ser alarmante,  permite hacer una reflexión ante el tema del papel de los hijos en el proceso de divorcio, sus efectos y nuestra responsabilidad como padres. Dentro de nuestro rol como padres, estamos en la obligación  de asumir las responsabilidades de nuestros actos y velar porque este proceso de separación de la pareja se lleve de la mejor manera,  afectando lo menos posible  la calidad de vida de los hijos fruto del matrimonio.

Cabe destacar que quienes toman la decisión de “separación” son los adultos, dentro de su relación de pareja. Por ende, la relación y el rol de “madre y padre” de cada miembro de la pareja prevalecerán a través de la vida, comprendiendo así que quienes se divorcian son los adultos entre ellos y no  existe divorcio con los hijos.

Mucho se habla y especula sobre aquellos efectos negativos que puede traer consigo la separación o divorcio de los padres, y es que en múltiples ocasiones es en esto en lo que los adultos nos enfocamos, y no en lo verdaderamente importante, que es la prevención de los efectos de la separación y la creación de un ambiente armonioso que permita que los hijos entiendan la situación de separación  y se adapten al cambio de escenario.

Esto sin importar la etapa de vida en que se encuentre el menor de edad, indiscriminadamente si  son bebés o  adolescentes.

Por supuesto que no es sencillo adaptarse a un cambio de estructura familiar tan grande como es el divorcio, sin embargo, somos los adultos quienes tenemos la facultad de facilitar o empeorar el proceso una vez que la decisión está tomada.

Por esta razón, quisiera compartir las siguientes recomendaciones, que han sido probadas por nuestros clientes como padres:

  1. Usemos el mismo discurso

Esto aplica para todos los miembros de la familia, lo que conlleva tomar el tiempo y espacio para comunicar a cada miembro  aquello que queremos que los hijos sepan acerca de lo ocurrido y la decisión tomada.

Tener una idea clara de lo que sucedió con sus padres, así como una misma versión de toda la familia, es esencial para que el chico o la chica no se sientan culpables y así, aspectos como la ansiedad y el temor al porvenir se reduzcan.

  1. Evitemos establecer bandos

Es importante siempre recordar que la relación que llegó a su fin es la de los adultos en su rol de pareja, por lo que se debe establecer como objetivo en común prioritario el beneficio integral de los hijos, quienes al fin al cabo son factores en común.

Por esta razón, se debe evitar hablar mal del otro progenitor en frente al menor, utilizar al hijo como fuente de información de la vida personal del otro así como  poner a los hijos en contra de su padre o madre.

En este apartado también sugerimos  evitar  hablar mal con los docentes a cargo de sus hijos sobre el papá o mamá que está fuera de casa.

Cabe resaltar que ninguna razón por la cual la relación haya terminado elimina  la importancia de mantenerse objetivo, y demostrar inteligencia emocional ante los hijos.

  1. La descalificación de las reglas y límites no es una opción

Este aspecto es esencial dentro de cualquier familia y mucho más cuando se está dentro de un proceso de divorcio.

Los padres toman a diario decisiones que consideran son las mejores para sus hijos. Y en el caso de divorcio, se desconoce a ciencia cierta lo que ocurre y cómo ocurren ciertas situaciones cuando el menor se encuentra disfrutando del tiempo con cada progenitor por separado.

Por esta razón, se debe respetar los límites, reglas y consecuencias establecidas por el otro durante su tiempo de convivencia, evitando que el niño o adolescente sean testigos de descalificaciones de autoridad por alguna de las partes.

En este tipo de situaciones, ambas partes deberían tener voz y voto en la crianza de los hijos, lo que nos lleva al cuarto punto.

  1. ¡A tomar decisiones en conjunto!

En el rol de padre-madre los ex cónyuges deben para establecer rutinas, hábitos, reglas, límites y consecuencias de manera conjunta. De esta manera, otorgamos al menor una sensación de contención, seguridad, organización y estructura que es esencial para el desarrollo socioafectivo y de habilidades blandas para la vida.

Además, modelamos patrones maduros de comportamiento. Ponernos de acuerdo será un factor que los hijos siempre agradecerán y nos evitarán disgustos a futuro.

  1. Determinen horarios y días

Todos los seres humanos requerimos de estructura para funcionar de forma equilibrada, y los chicos no son la excepción.

Por esta razón, debemos determinar los días y horas de visita del progenitor que abandona la casa, por lo que se recomienda buscar aquellos días y espacios en los cuales se tenga la seguridad de que se podrá dedicar el tiempo de calidad que su hijo merece.

Cada situación en particular establecerá si esto se hará entre semana, fines de semana o si el chico se quedará a dormir o no. Lo verdaderamente importante es acordarlo, adquirir el compromiso como adulto y cumplir con ello.

Recordemos que el fallo a esto, así como a  cualquier otra determinación acordada, no afecta al otro adulto presente en la ecuación, si no a los hijos en común.

Esté presente en la vida de sus hijos. Es habitual ver que muchas veces los padres se pierden de las actividades de sus hijos, por eso apersónese al centro educativo, comente su interés por conocer la dinámica de sus hijos y que lo vinculen en el proceso. No sólo el padre/madre donde vive el niño o adolescente debe estar al tanto del desempeño académico.

Todas estas recomendaciones tienen como finalidad que sus hijos lleven el proceso de divorcio de la mejor manera, sin restarle valor a todas las emociones negativas que pueden surgir en el trayecto. Pero brindándoles las herramientas para vivirlo de una forma natural.

Estoy convencida que lo harás bien, si tan solo haces consciencia de tus oportunidades de mejora como ser humano y decides hacer mejoras en algunos aspectos que pueden estar perjudicando a tus hijos durante esta situación de acople.

Todos aprendemos en el andar y nuestros  hijos serán los beneficiados ahora y para el futuro.

 

Alejandra Rojas

Psicóloga - Coach parental. Educadora de familias certificada en disciplina positiva